¿Cuándo resucitó Jesús?


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¿Al tercer día o día y medio después?


Jesús NO murió en “Viernes Santo” y tampoco resucitó en Domingo de Resurrección”.

Veamos en:
Jonás 1:17 Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.

Ahora vamos a ver en:
Mateo 12:38-40 Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.
 
El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás


Esta es la señal de Jonás:

Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

¿Por qué dijo Jesús esto? 

Porque los fariseos y los sacerdotes querían una señal que les asegurara que Jesús era el Mesías, el enviado de Dios. 

Si Jesús murió el viernes como a las 3 de la tarde y resucitó el domingo en la madrugada, ¿Cuantos días y noches pasaron? 

Si podemos contar bien, sería 1 día y medio. Si creemos esto, entonces estaríamos diciendo que Jesús mintió.

Si la señal para que le reconocieran era precisamente estar 3 días y 3 noches en la tumba, ¿Será posible que no se haya cumplido a cabalidad? 

De no haberse cumplido así, sino que realmente murió el viernes y resucitó domingo, seguro le hubieran considerado un impostor, aún sus mismos discípulos.


¿Cree que Jesús mintió al decir que el iba a estar muerto por 3 días y 3 noches o se equivocó la iglesia en su interpretación?


Los evangelios explican muy bien que Jesús murió y que su cuerpo fue colocado apresuradamente en el sepulcro hacia el final de la tarde, justo antes de la puesta del sol, cuando estaba por comenzar un día santo (Juan 19:30-34; 38-42).

"Y cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. 

Entonces los judíos, por cuanto era el día de la preparación, para que los cuerpos no quedasen en la cruz en el sábado (porque era gran día aquel sábado)

rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados. Y vinieron los soldados y quebraron las piernas al primero, y al otro que había sido crucificado con Él. Pero cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua."

Y después de estas cosas, José de Arimatea, el cual era discípulo de Jesús, aunque secreto por miedo a los judíos, rogó a Pilato que le dejase quitar el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo permitió. Entonces vino, y quitó el cuerpo de Jesús. Y vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloe, como cien libras. Y tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias, como es costumbre de los judíos sepultar. Y en el lugar donde había sido crucificado había un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. 

Allí, pues, pusieron a Jesús, por causa del día de la preparación de los judíos, porque aquel sepulcro estaba cerca. 

De acuerdo con la tradición, desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado hay una noche y un día. Del sábado por la noche hasta el amanecer del domingo hay otra noche, lo que da un total de dos noches y un día. Entonces, ¿de dónde sacamos otra noche y dos días más para completar los tres días y las tres noches que Jesús dijo que estaría en el sepulcro?

Esto es un problema serio. La mayoría de los teólogos y eruditos religiosos tratan de justificarse argumentando que cualquier porción de un día o de una noche cuenta como un día o una noche completos. Así que, dicen ellos, los minutos finales del viernes equivalen al primer día, todo el día sábado equivale al segundo, y los primeros minutos del domingo equivalen al tercer día.Pero esto es pura hablada y mera justificación, no es Biblia, y solo por eso debe ser analizado.

Si tal explicación fuese válida, tendríamos tres días y sólo dos noches. Además, en Juan 20:1 se nos dice que “el primer día de la semana, o sea el domingo, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”.

Juan nos dice que aún estaba oscuro cuando María fue a la tumba el domingo y la encontró vacía. Antes del amanecer Jesús ya había resucitado. Eso quiere decir que no estuvo en el sepulcro en ningún momento de la parte diurna del domingo, así que éste no puede contarse como parte de los tres días y las tres noches.

Eso nos deja, cuando mucho, con parte del día viernes, toda la noche del sábado, la parte diurna completa del sábado, y la mayor parte de la noche del domingo. Todo ello suma un día entero y parte de otro, más una noche completa y la mayor parte de otra noche. A todo esto aún le falta por lo menos un día y una noche completos, si es que creemos lo que Jesús dijo acerca del tiempo que iba a permanecer en el sepulcro.

Evidentemente algo no encaja bien. O Jesús se equivocó al decir el lapso que estaría en el sepulcro, o la cronología tradicional del Viernes Santo y el Domingo de Resurrección está errada porque no concuerda con la Biblia. Obviamente, ambos no pueden tener la razón. ¿Cuál de ellos está, entonces, en lo correcto? Obvio, la tradición se equivocó otra vez.

El tiempo según Dios

La fórmula para entender la cronología correcta de la crucifixión y resurrección de Jesucristo se basa en conocer cómo marca Dios el comienzo y el final de los días, y también el calendario de las fiestas bíblicas (ni modos, aunque no sea de agrado para muchos) que coincidieron con estos sucesos.
En primer lugar, debemos darnos cuenta de que Dios no comienza ni termina los días a la medía noche, como lo hacemos nosotros. Este es un método de origen humano. En Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31 se nos dice claramente que, para Dios, la noche empiezan en una tarde y el día terminan en la siguiente tarde:  

“Y fue la tarde [la porción nocturna] y la mañana [la porción diurna] un día”. 
Dios repite esta fórmula en todos los seis días de la creación.

En Levítico 23, donde Dios enumera todas sus fiestas santas, especifíca que deben observarse “de tarde a tarde” (v.32), en otras palabras, de puesta de sol a puesta de sol.

Por esta razón José de Arimatea y Nicodemo, seguidores de Jesús, se apresuraron a colocar su cuerpo en el sepulcro de José de Arimatea que quedaba cerca, justo antes de la puesta del sol (Juan 19:39-42). Estaba por comenzar un día muy santo (v.31), cuando todo tipo de labor debía suspenderse. Note, ese sábado no era el sábado semanal.

Dos tipos de Sábados en la Biblia, es decir,  “días santos” (reposo = Sábado).

La semana que Jesús murió, hubo 2 días de reposo, o sea, dos Sábados. ¿Dos sábados en una semana? Sí, DOS SÁBADOS en una semana.

Juan nos dice en el versículo 31: 
“Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la Pascua, a fin de que los cuerpos [de los crucificados] no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas [para acelerar la muerte], y fuesen quitados de allí”.

AQUEL DÍA DE REPOSO...

En la cultura judía de ese tiempo, las labores de cocina y limpieza del hogar se hacían el día anterior al sábado para así no trabajar en el día de reposo que Dios santificó. Por eso, el día previo al sábado se conocía comúnmente como “el día de preparación”. Resulta evidente que el día en que Jesús fue crucificado y sepultado tuvo que ser la víspera de un día de reposo. Pero la pregunta es: ¿Qué día de reposo?

La mayoría de las personas creen que Juan está hablando simplemente del día de reposo semanal, que se observaba desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado. Como Juan aquí parece muy claro, la mayoría supone que Jesús murió y fue sepultado un viernes, y de allí se deriva la tradicional creencia de que fue crucificado y murió el “Viernes Santo”.

Tal parece que son muy pocos los que entienden que en la Biblia se habla acerca de dos tipos de días santos: primero, el sábado, el séptimo día de cada semana (que no debe confundirse con el domingo, que en realidad es el primer día de la semana); y segundo, los siete días solemnes anuales que se mencionan en Levítico 23 y en varios otros pasajes bíblicos, los cuales pueden caer en cualquier día de la semana.

El apóstol Juan explícitamente nos dice que el día santo que comenzó a la puesta del sol inmediatamente después de la sepultura de Jesús era uno de estos días santos anuales. Fijémonos en Juan 19:31, donde se menciona que “aquel día de reposo era de gran solemnidad” y se hacía "santa convocación", expresión que se usaba para diferenciar los siete días santos anuales del día de reposo que ocurría cada sábado. Durante los días de reposo semanales, no se hacía santa convocación, sino que cada uno celebraba el sábado en su casa. Ver Levítico 23:7

¿Cuál era, entonces, ese día “de gran solemnidad” que comenzó inmediatamente después de la apresurada sepultura de Jesús?

Los evangelios nos dicen que la noche previa a la condena y crucifixión de Jesús, él celebró la Pascua con sus discípulos (Mateo 26:19-20; Marcos 14:16-17; Lucas 22:13-15). Esto significa que fue crucificado en el mismo día de la Pascua.

Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua. Y llegada la hora, se sentó a la mesa, y con Él los doce apóstoles. (Lucas 22:13-14).

La comieron en la noche, el día de la pascua comenzó en la noche, a Jesús lo arrestaron en la madrugada, y lo crucificaron en la tarde, aún era el día de la Pascua aunque ya era de día.

En Levítico 23, donde se detallan las fiestas de Dios, leemos que el día después de la Pascua comienza un nuevo festival, la Fiesta de los Panes sin Levadura (vv. 4-6): 

“Éstas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos.
En el mes primero, el día catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.
Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura.”

Refiriéndose específicamente a esta fiesta dice (v.7):
“El primer día tendréis santa convocación; ninguna obra de siervo haréis.”

Este es el primero de los días santos anuales de Dios. Es el día “de gran solemnidad” al cual se refirió Juan. Varios comentarios, enciclopedias y diccionarios bíblicos hacen notar que aquí Juan se estaba refiriendo a un día santo anual en lugar del día de reposo que ocurre cada sábado.

La Pascua comenzó a la puesta del sol y concluyó a la puesta del sol del día siguiente. Jesús comió la cena pascual con sus discípulos y fue arrestado más tarde esa misma noche. Unas horas más tarde, después del amanecer, fue interrogado por Poncio Pilato, crucificado y luego sepultado apresuradamente justo antes de la próxima puesta de sol, cuando terminaba la Pascua y comenzaba el día “de gran solemnidad”, es decir, el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura, “Santa Convocación”.

En Levítico 23 se especifican el orden y la fecha de estos días, y los evangelios confirman el orden de los acontecimientos a medida que ocurrieron.

Existen varios programas de computador que nos permiten calcular en cualquier año determinado la fecha de la Pascua y las demás fiestas bíblicas. Estos programas muestran que en el año 31 de nuestra era, año en que murió Jesucristo, la cena pascual se comió el martes en la noche y que la puesta del sol del miércoles marcó el comienzo del día “de gran solemnidad”, el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura. En consecuencia, Jesús murió y fue sepultado un miércoles por la tarde, no un viernes. 


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 *Pesach = Pascua y Panes sin Levadura

¿Es posible encontrar más pruebas de esto en los evangelios?

¡Claro que sí! 

Examinemos un detalle que rara vez se tiene en cuenta: 
“Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle” (Marcos 16:1).

En esos tiempos, si el cuerpo de un ser querido era colocado en un sepulcro en lugar de ser enterrado, era habitual que los amigos y familiares pusieran especias aromáticas en el sepulcro junto al cadáver para neutralizar las emanaciones de la descomposición del cuerpo. Como el cuerpo de Jesús había sido colocado en el sepulcro justo antes del comienzo de ese día de reposo anual, las mujeres no habían tenido tiempo de comprar especias. Además, no pudieron haberlas comprado durante el día muy solemne de reposo, ya que las tiendas estaban cerradas. Por ello, dice Marcos, compraron las especias “cuando pasó el día de reposo”.

Pero observemos otro detalle muy revelador en Lucas 23:55-56: 
“Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento”.

¿Capta usted el problema? Marcos afirma claramente que las mujeres compraron las especias después del sábado: “cuando pasó el día de reposo”. Lucas nos dice que las mujeres prepararon las especias y aceites fragantes y después de eso “descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento”

Por lo tanto, compraron las especias después del día de reposo, y las prepararon antes del día de reposo. Hay una evidente contradicción entre los relatos de ambos evangelios, ¡a menos que se esté hablando de dos días de reposo!
De hecho, cuando entendemos que se trata de dos días de reposo distintos, ya no existe ninguna contradicción.

Marcos nos dice que después del día “de gran solemnidad”, es decir el día santo anual que comenzó el miércoles a la puesta del sol y terminó el jueves a la misma hora, las mujeres compraron las especias para ungir el cuerpo de Jesús. Lucas nos dice que entonces ellas prepararon las especias —labor que debió haberse realizado el viernes— y que después “descansaron el día de reposo [el día de reposo semanal, que se guardaba desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado], conforme al mandamiento”.
Entonces, queda demostrado que Jesús no se equivocó sino que, la iglesia es la que está equivocada. 

En el recuadro se muestra que Jesús sí estuvo 3 días y 3 noches completos en la tumba.
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Conclusión

Lo último sería el siguiente versículo y luego es su decisión de solamente decir: “no lo acepto” sin tener base bíblica que le respalde:
Juan 15:22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.
Ya sabemos, ahora no tenemos excusa!

Si quiere aportar algo o no esta de acuerdo con algo que lea aquí, 
comente, pero que su comentario tenga base bíblica, por favor.
Gracias.